Los investigadores muestran en su trabajo que el dióxido de carbono de las bebidas activa los mismos sensores del dolor en la cavidad nasal que la mostaza y los rábanos. Según explica Emily Liman, responsable del estudio, "la carbonatación evoca dos sensaciones distintas. Hace las cosas agrias y también hace que quemen. Todos hemos sentido esa sensación de hormigueo nocivo cuando la soda baja por la garganta demasiado deprisa".
|
etiquetas: bebidas , gaseosas , estudio , dolor