Ayer me desperté gracioso y al salir con mi taxi me dio por lanzarle besos a todos los conductores aparcados en doble fila que encontré a mi paso. Me detenía a su lado, les pitaba y en cuanto me miraban les lanzaba un beso (la doble fila en Madrid es un cáncer que sólo se puede combatir a base de humor y sarcasmo, y ayer también me desperté sarcástico). Los cuatro primeros conductores (tres hombres y una mujer), en cuanto les lancé un beso, miraron para otro lado. El quinto, sin embargo, arrancó su coche y comenzó a seguirme.
Comentarios
Me encantan estos microrrelatos, mas y mas porque muchas veces en los "lances del tráfico" cuando se me lian a pitar o chillar me encanta contestar lanzando un beso (en vez de seguir con los clásicos insultos de turno), así pones fin de una manera tajante a la par de elegante a una absurda discursión
No está mal de precio el seguro... Voy a ir yo por ahí lanzando besos, a ver si me hacen una buena oferta por el todo riesgo
esta bien el blog, jajaja, pero creo que el problema de la doble fila se agravó más ese dia jajaja
Una manera de combatirla un poco rara, si.