Hace 13 años | Por jamfry a muyinteresante.es
Publicado hace 13 años por jamfry a muyinteresante.es

Pocas veces cae el destino del mundo en las manos de un solo hombre. La media noche del 26 de septiembre de 1983 pudo ser la última para millones de personas si no hubiera sido por Stanislav Petrov. En una época llena de tensiones provocadas por la Guerra Fría y el miedo a un Apocalipsis nuclear, mantuvo la calma cuando las alarmas de un satélite de la URSS avisaron de un ataque nuclear inminente. Se trataba del hombre que tenía a su alcance el “botón rojo”.

Comentarios

D

Lo de Petrov se ha meneado un montón de veces ya..