Los trabajadores contratados para la próxima recarga de combustible de uranio de la central nuclear de Garoña se enfrentarán a niveles significativamente más altos de radiactividad provocados por la rotura de un elemento de combustible nuclear del interior de la vasija del reactor. Esta situación implica que estos trabajadores estarán expuestos a recibir en esta recarga dosis más altas de radiactividad. Garoña ha sufrido 12 problemas importantes de seguridad desde 2004, 3 de ellos de Nivel 1 en la escala INES y 5 paradas forzosas del reactor.
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