En diciembre, la Agencia Tributaria promulgó que a partir del 1 de enero ya no se podrá pedir aplazamiento por el pago de retenciones de IRPF. Según los asesores fiscales, las razones esgrimidas caen en una presunción de culpabilidad general del contribuyente, a un aumento encubierto de la tributación y a un trato discriminatorio para deudores y acreedores de la Administración.
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