Publicado hace 17 años por Sam a cntensenanzamadrid.blogspot.com

"A un profesor se le esponja el alma de (..) orgullo cuando ve cómo el talento de un niño... ¡Más de uno, que ahora es un satisfecho ciudadano y eficiente empleado, se hubiera convertido, sin los desvelos del colegio, en un innovador impetuoso y desenfrenado o en un soñador meditabundo y estéril! Había algo en él, algo salvaje, sin reglas, inculto que había que romper antes, una llama peligrosa que había que apagar y extinguir (..) y despertar en él las cualidades cuyo desarrollo total vendrá a coronar (..) la cuidadosa disciplina del cuartel"