La expresión platillo volante, prácticamente caída en el olvido hoy día, fue muy empleada durante los años cuarenta y cincuenta prácticamente para designar cualquier cosa que pudiera volar y que fuera extraña. En plena euforia platillera desarrolló su inventiva el polifacético Alexander Weygers. Su obra más conocida es un aparato volador con forma de platillo, el discóptero. Pionero del reciclaje, mecánico sin igual y filósofo optimista, Weygers imaginó un futuro en el que sus discópteros incluso hubieran dado forma a toda una ciudad.
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