La curiosa historia de Paul Wittgenstein, un pianista que perdió su brazo derecho en la I Guerra Mundial pero que con su perseverancia y esfuerzo logró asombrar a grandes músicos como Ravel, quienes compusieron conciertos de piano para tocar a una sola mano, la izquierda.
Comentarios
#1 Está claro. Con la punta de la.....lengua --->
Concierto para flauta y zambomba en FAP mayor.
Estaría bien ver cómo pasaba las páginas de la partitura.