La sensación de estar en posesión del propio cuerpo es uno de los elementos fundamentales de la conciencia de uno mismo. Sin embargo, aunque las personas sanas den por sentado que su cuerpo es suyo y que siempre está ahí, muchas enfermedades como la esquizofrenia o el autismo hacen que el individuo pierda esta percepción. Ahora, un equipo de científicos, ha demostrado que este efecto también puede producirse en individuos sanos.