Durante dos décadas el mundo ha convivido con el descuartizamiento de Somalia sin inmutarse: se han sucedido los Juegos Olímpicos, las intervenciones militares con justificación humanitaria en Irak y en Libia, las Nocheviejas y las crisis financieras, y ahí siguen los somalíes, desangrándose. Cuando vuelvan las lluvias y perdamos de vista a los niños desnutridos, ¿tendremos la desvergüenza de volver a olvidarnos de Somalia?
Of course. Aún recuerdo que de niño para vacilar a los chavales más floquitos les decíamos "pareces somalí". Y no nos olvidemos de los famosos chistes de velocísimas gallinas corriendo por Etiopía (que espero no les vuelva a tocar la que ya les tocó).
Solo nos acordamos de ellos cuando osan atacar uno de nuestros relucientes y bonitos barcos o cuando los yihadistas que les acosan en lugar de apedrear una mujer por cualquier estúpida ley medieval se cargan a unos adolescentes que estaban viendo un partido de España en el Mundial. Que eso sí es noticia.
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Of course. Aún recuerdo que de niño para vacilar a los chavales más floquitos les decíamos "pareces somalí". Y no nos olvidemos de los famosos chistes de velocísimas gallinas corriendo por Etiopía (que espero no les vuelva a tocar la que ya les tocó).
Solo nos acordamos de ellos cuando osan atacar uno de nuestros relucientes y bonitos barcos o cuando los yihadistas que les acosan en lugar de apedrear una mujer por cualquier estúpida ley medieval se cargan a unos adolescentes que estaban viendo un partido de España en el Mundial. Que eso sí es noticia.
Pues se mojarán los somalíes.
Espero que no, que no se nos vuelva a olvidar que Somalia existe, aunque estoy perdiendo toda fe en el ser humano.
Somaqué?