En lo referente a las hojas, podían estar destinadas a herir de filo y punta, o solo de punta. Éstas últimas, según Leguina, debían tener el ancho de un dedo meñique, con una sección cuadrada, triangular o rectangular, y dotadas de una gran elasticidad. Eran las conocidas como verduguillos, y tenían una longitud mínima de cinco palmos, o sea, 105 cm.
Obviamente, puestos a desplegar sadismo, es mucho más eficaz echar mano a la caja de herramientas que a una noble espada. Desde que vi un cacho de una de esas películas siempre miro con recelo las taladradoras eléctricas.
Comentarios
Después de ver películas como "Saw" o "Destino final", una espada te parece el arma más benévola en casos de imaginación desbocada.
Y que conste que ninguna de esas películas las he visto enteras.
Obviamente, puestos a desplegar sadismo, es mucho más eficaz echar mano a la caja de herramientas que a una noble espada. Desde que vi un cacho de una de esas películas siempre miro con recelo las taladradoras eléctricas.