Ayer vino a mi casa. Era el extraño. vino con una maleta, y no parecía dispuesto a quedarse. Estuvo cincuenta minutos con nosotros, pero se ha quedado por mucho más, se ha quedado en mi hogar.  Desgarradora experiencia de teatro. Impresionante la forma de mirarte a los ojos y hacer que la empatía supere el color de tu piel o el dinero que tengas en tu cuenta.  
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