Hace 15 años | Por Tanatos a elmundo.es
Publicado hace 15 años por Tanatos a elmundo.es

Pocas horas después de que en la catedral de Notre Dame de París se oficiara una ceremonia en recuerdo de los 228 ocupantes desaparecidos del vuelo de Air France, en Madrid la comunidad francesa celebraba, en la Residencia del Embajador de Francia, la amistad franco-española. Ajeno a la tragecia, el embajador galo, Bruno Delaye, celebraba la afición de ambos países por el mundo del toro, una fiesta que ya es tradición en estas fechas y que contó con numerosas personalidades de la cultura y la política española.

Comentarios

D

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Me parece muy bien, el mundo no ha dejado de dar vueltas.

AitorD

Es curioso cómo nos afecta que mueran 200 personas de golpe en un mismo accidente, y sin embargo, 200 personas muertas en accidentes individuales en cuatro o cinco días consecutivos (una semana santa cualquiera) no son motivo de duelo. Cuando la tragedia para sus familiares y amigos es exactamente la misma.

kumo

Es querer sacar las cosas de quicio. Elmundo tenía que ser. Lo que me parece triste es que fuera una fiesta taurina...