Las habilidades del maestro Edgar Allan Poe para plantear y en algunos casos develar misterios, no se remitían únicamente a su magistrales cuentos, pues las llevó también a la práctica cuando en 1836 intentó desenmascarar a, “El Turco”, un autómata (el termino robot no existía como lo conocemos hoy) cuya principal cualidad era la de jugar ajedrez. Veamos cómo descubrió la farsa. Visto en http://apostillasnotas.blogspot.com/2009/05/edgar-allan-poe-y-el-ajedrecista.html
Comentarios
#2 Como ahora marioofzz,como ahora.
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thesmokesellers.comEs curioso como cosas que ahora parecen tan evidentes hace años parecían completamente mágicas.
De todas formas, como les pegaban el palo..
Dicen que halló el truco cuando oyó decir al autómata: Besa mi brillante culo metálico, Edgar.