Una persona que cree que el tiempo dura 2.007 años es como una persona que cree que el mundo es su barrio. Y quien cree que el mundo es su barrio, que el tiempo es su vida, que el pensamiento es su pensamiento, tiene muchas opciones para convertirse en un fanático. Sólo existe su mundo, su tiempo, su religión, su opinión. Las demás opiniones no existen, y si hacen amago de existir, las elimina. Eso es lo que empezamos a tener con la generación más preparada de la Historia de España (sic)
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