Poco antes de morir, Kafka pidió a su amigo Max Brod que quemara todos sus escritos; la mayor parte de su obra, inédita hasta entonces. Kafka llevó una existencia anodina como agente de seguros en Praga y apenas publicó en vida la décima parte de lo que llegó a escribir. No buscó la fama y nunca la encontró. Logró, en cambio, ser uno más entre sus vecinos y ésa fue su gran victoria, no ser excluido por diferente.
esta gente sí que es verdaderamente genial ... a veces da gusto descubrir que de tanto en tanto aparece gente como esta, casi que compensa la cantidad de jilipoyas que hay sueltos por ahí
Comentarios
esta gente sí que es verdaderamente genial ... a veces da gusto descubrir que de tanto en tanto aparece gente como esta, casi que compensa la cantidad de jilipoyas que hay sueltos por ahí
esto es un verdadero artista y no los soplapoyas subvencionados que si por algo son artistas es por vivir sin trabajar