Fueron olas llenando los estómagos. Espuma alimentando el hambre negra. Y distancia. Ocupaba sitio la pena en la patera. Mucho sitio ocupaba. Y había que tirarla borda afuera. Cada vez la madre más lejana. Más lejana la esposa. Hijos lejanos, más y más cada vez. Pena afuera. Por la borda. Ahogada de salitre. Pena de pulmones marítimos devorada por peces de colores. Solo consigo mismo el inmigrante. El ministro Corbacho no admite la reagrupación. Ni con la pena siquiera. Un hombre sin su pena es menos hombre. Más ilegal por tanto.
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