Así se inauguró el siglo de oro del ascensor que empezó a colarse en las mansiones más señoriales. No en vano, uno de los primeros acaudalados en encapricharse de un ascensor fue George Washington Vanderbilt quien mandó instalar un par de ellos en su mansión para regocijo de sus invitados y, de este modo, ahorrarles las “engorrosas” escaleras. Por cierto, dichos elevadores llevan cien años atendiendo al trasiego de invitados y residentes, aunque a paso de tortuga, con las piezas originales y sin incidentes.
|
etiquetas: ascensores , otis , seguridad