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#3:
Bueno mientras trabaje con esfuerzo por levantar su imperio de lo que sea, si no hace mal a nadie... a mi no me parece mal que no haya asistido a la universidad.
#5:
La formación (conocimientos) para levantar una empresa se puede adquirir en la universidad o por libre. La iniciativa emprendedora y la capacidad de trabajo no te las proporciona la universidad, las tienes o no las tienes.
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Bueno mientras trabaje con esfuerzo por levantar su imperio de lo que sea, si no hace mal a nadie... a mi no me parece mal que no haya asistido a la universidad.
La formación (conocimientos) para levantar una empresa se puede adquirir en la universidad o por libre. La iniciativa emprendedora y la capacidad de trabajo no te las proporciona la universidad, las tienes o no las tienes.
Lo importante no es estudiar en la universidad para hacerse rico, lo importante para hacerse rico es saber robar finamente.
¿Universidad? El Pocero ni tan siquiera sabe leer y escribir...no piso ni la escuela.
duplicada:
El empresario español es uno de los peor formados de la UE
El empresario español es uno de los peor formados ...
elperiodico.com#7 Bueno, puede ser. Como noticia es la misma y viene del mismo sitio, pero en esta han investigado más que en la otra.
#6 Yo diría que relacionada. La que indicas es muy genérica, ésta hace un amplio repaso de casos concretos, con nombre y apellidos.
El empresario "self-made man" creo que es tan tipico en españa como fuera de ella...
España es el país del pelotazo, los contactos o estar en el lugar y momento adecuados, no es el de la investigación, el mérito o el esfuerzo.
Aquí lo que hace falta para triunfar es mucha picaresca, una enorme dosis de inconsciencia, y muy pocos escrúpulos. Y todo ello teniendo que cuenta que es condición necesaria pero no suficiente, y que por cada héroe nacional que se arriesga de forma estúpida y se convierte en un triunfador, hay un buen montón que se convierten en "felices" insolventes sin un sitio donde caerse muertos.
Eso sí, en este país la suerte es tan meritoria como el esfuerzo personal, o incluso mucho más, y todos estamos dispuestos a arrodillarnos sumisamente ante quien se nutre de ella.