Normalmente, en un chorro de agua pura se produce una ondulación impulsada por la tensión superficial y la inestabilidad Plateau-Rayleigh que lo rompe en pequeñas gotas. Pero cuando un polímero es disuelto en agua, la viscoelasticidad de las cadenas del polímero crea una fuerza que se opone a la tensión superficial. De esta manera, en vez de adelgazar el chorro hasta el punto de romperse, una gota es capaz de volver a “trepar”, como si engullese el chorro al estilo ‘comecocos’, hasta que alcanza una masa crítica que invierte de nuevo...
La mano de Dios esta detras de ese misterio sin duda los ateos tienen hay su prueba de la esitensia del todopoderoso es ora de horar y dejar la vida de perdision
Comentarios
#3 βλασφημία, para ser exactos
La mano de Dios esta detras de ese misterio sin duda los ateos tienen hay su prueba de la esitensia del todopoderoso es ora de horar y dejar la vida de perdision
#1 El ser creyente no te exime de escribir sin faltas de ortografía, alma de dios.
#2 vlasfemo
Eso me ha pasado a mi alguna vez, y no ha sido con el polímero ese.