Antes de la llegada de las telecomunicaciones, si querías que alguien que vivía lejos recibiera un mensaje debías encomendarte al correo a caballo o correr tú mismo con el mensaje, al estilo Forrest Gump. Otra opción era ir encendiendo fuego en diversas atalayas interconectadas visualmente, como sucede en El señor de los anillos. Una opción que, por ejemplo, se empleó en la Guerra de Troya: entonces se recorrieron cientos de kilómetros en menos de un día...
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