En Francia se ha desatado una polémica aquitectónica con ingredientes religiosos. Un albañil musulmán fue inmortalizado en una gárgola de la catedral medieval de Lyon, en el centro-este del país, pero un grupo político de derecha ha alzado la voz y ha calificado la imagen de una "afrenta" a la Iglesia Católica.Siguiendo la tradición de la construcción medieval, se decidió agradecerle a Ahmed Benzizine, de 59 años, sus esfuerzos en las obras de restauración del templo usándolo como modelo para una nueva gárgola.
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Pierre Durieux, portavoz del arzobispado de Lyon, dijo que la escultura con el rostro de Benzizine es un "símbolo de ecumenismo", es decir, del diálogo interreligioso.
Y agregó que, a lo largo de la historia, las gárgolas siempre han sido figuras profanas que no se encuentran dentro de la iglesia, sino en su exterior.
Lo que viene a decir que en dicho grupo de ultraderecha son más papistas que el papa.
Conste que no suelo estar a favor de la opinión de ningún arzobispado, pero en este caso tienen toda la razón.
Pues me parece un detalle precioso y no sé dónde está el problema. Es que el caso es sacar polémica de donde no hay.
Se puede ver como un gesto de concordia o de discordia depende de la buena o mala baba que tenga el observador.