El Servicio Vasco de Empleo (Lanbide) está suspendiendo la renta de garantía de ingresos (RGI), un subsidio social para los ciudadanos de escasos recursos, cuando cree que el perceptor se lo gasta en 'lujos' y no en la manutención u otros gastos relacionados con la inserción social y laboral. Lanbide, que en 2012 administró 414 millones de euros anuales para la RGI y la prestación complementaria de vivienda (PCV), ha valorado en unos casos el consumo desorbitado de teléfono y en otros, unas vacaciones en el Caribe difícilmente justificables.
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