Con su tirón de orejas adornado de incomprensibles metáforas en que quería decir que las nuevas tecnologías se van a cargar nuestro legado cultural, uno no sabe ya si González-Sinde hablaba en nombre de la Academia o de la SGAE. Pero una pregunta más surgía según brotaban las palabras de su boca: ¿cómo puede escribir un discurso tan malo alguien cuyo oficio es el de guionista? Mal construido, peor argumentado y cargado de retoricismos.
Comentarios
Porras, me equivoqué al menear. El artículo es una idiotez.