La Protectora de Animales La Bienvenida de Ciudad Real tuvo que intervenir el sábado de urgencia en el vertedero de la Cabeza del Palo de la capital en el que los servicios de limpieza, acostumbrados a casi todo, encontraron algo insólito: un caballo moribundo, al que hubo que sacrificar para aliviarlo y que según el veterinario Carlos Espinar, colaborador de la Protectora, “podría llevar dos semanas abandonado a su suerte, en unas condiciones terribles”.
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