El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, expresidente del Instituto Nóos entre los años 2004 y 2006 le aseguró al empresario Miguel Zorío, imputado también en el caso Nóos de presunta malversación de fondos públicos, que su socio Diego Torres le estaba "robando". Diego Torres fue el socio de Urdangarin en el referido instituto y su mujer, Ana María Tejeiro, era la responsable del área jurídico fiscal de esta fundación sin ánimo de lucro.
Sabiduría popular: "Piensa el ladrón que todos son de su condición."
Ayer leía las previas y resulta que no se llama Iñaki. Se llama Ignacio, como todo hijo de vecino. De tanto repetir el supuesto nombre-mote ya parecía que era de verdad.
Este dice lo primero que se le pasa por la cabeza sin darse cuenta de que todo lo tiene en contra, empezando por mails y documentación hasta que su suegro le dijera que abandonara Noos y se marchara a EEUU, si fuera tan inocente este último punto ni siquiera se habría planteado.
Comentarios
Estimado señor hijo de la gran puta conocido como Iñaki. Tú eres el que está robando pedazo de cabrón.
PD: Perdón por lo de señor.
el corazon te roba, bribonzuelo....
Sabiduría popular: "Piensa el ladrón que todos son de su condición."
Ayer leía las previas y resulta que no se llama Iñaki. Se llama Ignacio, como todo hijo de vecino. De tanto repetir el supuesto nombre-mote ya parecía que era de verdad.
Vaya, de eso se daba cuenta y de otras cosas no se enteraba, que atención más oportunamente interesada que tiene...
Quien roba a un ladrón...
En ese caso, quién roba a un ladrón, cien años tiene de perdón. Eso sí, que los pase en la trena con Iñaki y así les da tiempo a perdonarse.
Todo el marrón para el tal Torres, que no digo que no haya robado también.
Tirar de la manta a Diego Torres..
Este dice lo primero que se le pasa por la cabeza sin darse cuenta de que todo lo tiene en contra, empezando por mails y documentación hasta que su suegro le dijera que abandonara Noos y se marchara a EEUU, si fuera tan inocente este último punto ni siquiera se habría planteado.
Os juro que no se si reirme o cabrearme... Lo estoy pensando todavía