Un ingeniero alemán se compró un Tesla Model 3 Long Range Dual Motor que le costó en su momento 54.000 euros. Pero cuando necesitó realizar su primer cambio de neumáticos para montar los de verano, notó que la parte inferior de la carrocería tenía abolladuras y que la mayoría de los brazos de sujeción estaban fracturados. Más clientes tenían el mismo problema y que éste tenía su origen en un robot de la fábrica de Fremont. Un defecto que la propia Tesla confirmó por carta al abogado del afectado.
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