Con una gigantesca explosión, los ingenieros chinos han dinamitado el último de los muros de contención de la presa de las Tres Gargantas, utilizando suficientes explosivos como para volar por los aires 400 edificios de diez plantas. La pared, de 580 metros de largo y 140 de alto, era un macizo de tierra arcillosa y cemento que servía para atajar el paso del agua durante la construcción del mastodóntico dique.
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