[c&p] Etsuko Arai, una viuda de 77 años, usa un teléfono, el Raku-Raku, de la primera operadora de telefonía móvil del país, NTT DoCoMo, y solventa las dificultades en su vista gracias a grandes caracteres y grandes botones, y a que en tres de ellos tiene registrados los números de la casa y el trabajo de su hijo y el de su médico. "Sé manejarlo", dice. "Aprendí al escuchar las instrucciones". En un intento de hacerse con ese segmento de población, la compañía lanzó ese teléfono de funciones simples, que cree ideal para los mayores.
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