Como una rama más de la hermenéutica, la Ley de Zipf sirve, básicamente, para contar palabras. Fue formulada en la década de los cuarenta por el lingüista de Harvard George Kingsley Zipf (1902-1950), y afirma que un pequeño número de palabras son utilizadas con mucha frecuencia, mientras que frecuentemente ocurre que un gran número de palabras son poco empleadas.
"...afirma que un pequeño número de palabras son utilizadas con mucha frecuencia, mientras que frecuentemente ocurre que un gran número de palabras son poco empleadas".
La hostia. Pedazo de teoría. ¿Ocurrirá igual con las letras? A ver. ¡Coño! En español la uve doble sale poquísimo y la a sale todo el rato. Lo llamaré la ley de Nerviosito.
Más o menos relacionada (en vez de letras, con números): la ley de Benford (ley-de-benford). Básicamente dice que la probabilidad de que un número empiece por 1 no es del 10% (como uno tiende a pensar), sino del 30%. El 2 tiene una probabilidad del 17%, el 3 un 12%... y así sucesivamente. Y esta ley se usa, entre otras cosas, para detectar facturas falsas.
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"...afirma que un pequeño número de palabras son utilizadas con mucha frecuencia, mientras que frecuentemente ocurre que un gran número de palabras son poco empleadas".
La hostia. Pedazo de teoría. ¿Ocurrirá igual con las letras? A ver. ¡Coño! En español la uve doble sale poquísimo y la a sale todo el rato. Lo llamaré la ley de Nerviosito.
Más o menos relacionada (en vez de letras, con números): la ley de Benford (ley-de-benford). Básicamente dice que la probabilidad de que un número empiece por 1 no es del 10% (como uno tiende a pensar), sino del 30%. El 2 tiene una probabilidad del 17%, el 3 un 12%... y así sucesivamente. Y esta ley se usa, entre otras cosas, para detectar facturas falsas.