Nunca nos llevaban al pediatra (¿había pediatras entonces?), comíamos lo mismo que los mayores, no conocíamos los yogures ni los potitos y ¡bebíamos leche de vaca sin pasteurizar, sin rebajar y sin reforzar con vitaminas ni cereales!Luego, en la ciudad desde los diez años, los críos corríamos libremente por parques y descampados, cortábamos cristales para las chapas, asaltábamos solares vacíos y edificios en ruinas.
Vale, los hijos de ahora y los de antes (según una persona de 70 años), nacimos en la guerra y para comer ¡teníamos pan del día anterior!... no fui escolarizado, y empecé a trabajar a los 8 años! no es que los columpios tuvieran esquinas, esque no habían columpios.
PD: Tengo 19 años, y lo siento, pero me dan rabia estos mensajes porque me suenan al chiste de Quino:
-Papá, cuando eras joven, ¿los mayores os regañaban?
-Claro Mafalda. ¡y eso que nosotros no éramos unos vagos que visten de cualquier manera!
Podría seguir yo con mi experiencia personal, ya que conocí en este Madrid en el que vivo los descampados llenos de cristales, los coches abandonados que utilizábamos para jugar hasta que algunos chavales de 16 años del barrio les pegaban fuego, etc.
Por ejemplo, que gracias a subirme a árboles, ventanas, muros y a hacer el cabra (y el cabrón, todo hay que decirlo), me pasé media infancia con piernas o brazos escayolados. No había niño en el barrio que no se hubiera roto un hueso o tuviera una cicatriz por un corte traicionero. He madurado y ya me la sudan los cien mil traumas que pasé en la niñez, aunque recuerdo con terror el ir a dormir a una cama helada porque la única calefacción de la casa era un raquítico radiador eléctrico en el salón. O cómo lo pasé fatal al repetir 2º de BUP y tener que soportar un día sí y otro también comentarios de que no pasaría de aprendiz ni aunque me reencarnara siete veces. También recuerdo la manera en que se le amargaba la vida al diferente de clase, entiéndase por ello al que parecía gay, o al que tenía acento de pueblo, etc.
Confieso que actualmente hay una especie de psicosis con los niños y , en ocasiones se les sobreproteje (antes se les decía mimar, pero no es una palabra suficientemente técnica ni pedante), pero prefiero darle a mis hijos algo de sobreprotección de hoy que la desprotección de ayer.
Menos mal que esos niños de ayer les dieron a sus propios hijos una infancia tan estupenda como la suya... Ay. no, que se los llevaban de centros comerciales los fines de semana y no les dejaban jugar en la calle.
De estas cosas circulan varias por internet (a mí me han llegado tres en forma de power point, y algún enlace). Pero es verdad, no obstante. Agilipollamos a los niños.
Pues si, les sobreprotegemos tanto hasta que se vuelven justo lo que no queríamos que fueran... unos seres egoistas que sólo se respetan a sí mismos (y a veces ni eso).
Mi infancia fue increiblemente feliz y transcurrió más o menos como detalla el blog. Ojalá mis hijos puedan optar a tener una igual ^^
Comentarios
#2 yo creo que es más lo que dice #3... pero tengo la sensacion de haberlo leído hace mucho mucho tiempo en una galaxia muy lejana...
Vale, los hijos de ahora y los de antes (según una persona de 70 años), nacimos en la guerra y para comer ¡teníamos pan del día anterior!... no fui escolarizado, y empecé a trabajar a los 8 años! no es que los columpios tuvieran esquinas, esque no habían columpios.
PD: Tengo 19 años, y lo siento, pero me dan rabia estos mensajes porque me suenan al chiste de Quino:
-Papá, cuando eras joven, ¿los mayores os regañaban?
-Claro Mafalda. ¡y eso que nosotros no éramos unos vagos que visten de cualquier manera!
Podría seguir yo con mi experiencia personal, ya que conocí en este Madrid en el que vivo los descampados llenos de cristales, los coches abandonados que utilizábamos para jugar hasta que algunos chavales de 16 años del barrio les pegaban fuego, etc.
Por ejemplo, que gracias a subirme a árboles, ventanas, muros y a hacer el cabra (y el cabrón, todo hay que decirlo), me pasé media infancia con piernas o brazos escayolados. No había niño en el barrio que no se hubiera roto un hueso o tuviera una cicatriz por un corte traicionero. He madurado y ya me la sudan los cien mil traumas que pasé en la niñez, aunque recuerdo con terror el ir a dormir a una cama helada porque la única calefacción de la casa era un raquítico radiador eléctrico en el salón. O cómo lo pasé fatal al repetir 2º de BUP y tener que soportar un día sí y otro también comentarios de que no pasaría de aprendiz ni aunque me reencarnara siete veces. También recuerdo la manera en que se le amargaba la vida al diferente de clase, entiéndase por ello al que parecía gay, o al que tenía acento de pueblo, etc.
Confieso que actualmente hay una especie de psicosis con los niños y , en ocasiones se les sobreproteje (antes se les decía mimar, pero no es una palabra suficientemente técnica ni pedante), pero prefiero darle a mis hijos algo de sobreprotección de hoy que la desprotección de ayer.
Es curioso porque ha sido publicado hoy en El Mundo, de León.
Menos mal que esos niños de ayer les dieron a sus propios hijos una infancia tan estupenda como la suya... Ay. no, que se los llevaban de centros comerciales los fines de semana y no les dejaban jugar en la calle.
tengo una sensación de deja-vu...
De estas cosas circulan varias por internet (a mí me han llegado tres en forma de power point, y algún enlace). Pero es verdad, no obstante. Agilipollamos a los niños.
...y teniamos una esperanza de vida de 60 anios!
Ahora va a ser que la higiene y las vacunas no es una cuestion de salud. Que rapido olvidamos
Edicion: No defiendo sobreproteger a los chavales, sino un termino medio.
Una viñeta relacionada:
http://blogs.publico.es/mauroentrialgo/1038/sabado-71/
Pues si, les sobreprotegemos tanto hasta que se vuelven justo lo que no queríamos que fueran... unos seres egoistas que sólo se respetan a sí mismos (y a veces ni eso).
Mi infancia fue increiblemente feliz y transcurrió más o menos como detalla el blog. Ojalá mis hijos puedan optar a tener una igual ^^
#1 ¿Ha aparecido antes?