Un día como hoy, de madrugada, el poeta del pueblo, nuestro poeta, murió. Una bronquitis mezclada con tifus y tuberculosis acabó con su vida. Quedaron sus versos, su obras, su compromiso, su lucha y su vida.
Quien se para a llorar, quien se lamenta
contra la piedra hostil del desaliento,
quien se pone a otra cosa que no sea el combate,
no será un vencedor, será un vencido lento.
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Quien se para a llorar, quien se lamenta
contra la piedra hostil del desaliento,
quien se pone a otra cosa que no sea el combate,
no será un vencedor, será un vencido lento.
"Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano".
Murió de una enfermedad llamada fascismo.
Me tiraste un limón , y tan amargo...
En la cuna del hambre mi niño estaba.
Con sangre de cebolla se amamantaba.
Pero tu sangre, escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.