No es desconocido que tomar el sendero de la ciencia en este país es una apuesta arriesgada que requiere un elevado grado de vocación. La mayoría de los que empezamos una carrera de este tipo tenemos la ilusión de investigar algún día, pero el camino está plagado de dificultades y conduce a un futuro que está muy, pero que muy negro. Para un biólogo, no es cuestión ya de investigar o no: se trata de pillar algún trabajo decente que tenga que ver con lo suyo. Y si no, mirad esta viñeta de Forges.
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