Los daños colaterales de la pandemia empiezan a vislumbrarse en las trincheras. Las jornadas maratonianas de trabajo, la carga asistencial, la tensión de la incertidumbre y el impacto emocional de un tsunami de pacientes sin precedentes que abarrotaba hospitales y centros de atención primaria a causa de la covid-19 han pasado factura a los profesionales sanitarios de primera línea. Sobre todo, en su salud mental. Ahora afloran las heridas que ya de lejos se veían venir, admiten los expertos.
Comentarios
Envío esta noticia, porque de primera mano, estoy viendo lo que dice el artículo en mi hermana enfermera, que afortunadamente no tira de sustancias, pero a la que su caracter se ha extremado de tal manera que es complicado tener una coversación de 2 minutos con ella, sin que salte por cualquier motivo.
Lo que nadie comenta son cuantos médicos se están prejubilando precisamente para proteger su salud mental.
En Amazon, correos, policía, Mercadona, están todos bien.