Otra vida. Hace cuatro años, Natalia sufrió un ataque cerebral poco común. Sus áreas intelectuales y afectivas quedaron intactas pero sólo puede mover sus ojos. Se lo conoce como síndrome de enclaustramiento. Pese a ello, no se deja estar: hoy, a los 29 años, ha logrado pequeñas gigantes mejoras y se anima a soñar algún proyecto.
Por si a mí me pasa algo parecido, yo estoy aprendiendo a hablar con la polla. Ya puedo decir sí con la polla, la puedo subir y bajar a voluntad, pero todavía no he aprendido a moverla de un lado a otro para decir no.
Comentarios
#3 El problema es que con el tiempo se termina diciendo "no" a todo.
#4
Vaya historia, alucinante. Me gustaría tener el 10% de su fuerza y su espíritu.
Este es uno de los casos de uso de Google Glass; cambiará el mundo a las personas que sólo pueden mover sus ojos.
Lástima que cuando uno habla de Glass sólo se piense en tener una cámara muy a mano.
Por si a mí me pasa algo parecido, yo estoy aprendiendo a hablar con la polla. Ya puedo decir sí con la polla, la puedo subir y bajar a voluntad, pero todavía no he aprendido a moverla de un lado a otro para decir no.
#1 Léete el artículo, hacia arriba es sí y hacia abajo es no, no hace falta moverla a los lados
#2 Coño, es verdad. Entonces ya estoy a salvo, tengo todo solucionado.