Sorpresa: heces de perro. Un policía local de Getafe acudió a trabajar la semana pasada, abrió la taquilla donde guardaba sus enseres personales y se encontró con excrementos de perro desparramados por el armario. Uno, incluso, sobre el pantalón del uniforme como si fuera un regalo. ¿El autor? Un compañero. No es el primer ataque de un policía contra otro en las comandancias del sexto municipio más poblado de la Comunidad (180.000 habitantes). El Gobierno municipal (PSOE) ha denunciado más agresiones ante la fiscalía el pasado 22 de enero.
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