Joe Dope fue alguien que nadie hubiese querido tener a su lado. Era perezoso, atolondrado, negligente, ineficaz, descuidado, incompetente, vago, aturdido, torpe, manazas… Por suerte, Joe Dope, que encarnó la esencia de la estupidez, sólo fue un personaje de ficción. Durante la Segunda Guerra Mundial protagonizó infinidad de carteles o “posters” de propaganda de guerra, cuya misión era la de recordar a los soldados norteamericanos que no debían hacer lo que hacía Joe y que no debían caer en sus mismos errores.
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