Antes de cumplir ochenta años, Quino confiesa haberse puesto de muy mal humor. “Tenía un humor de mierda”, resume el padre de Mafalda, sin tenerles miedo a las malas palabras. Usará muchas durante esta charla, aunque en rigor de verdad casi ninguna de las que usa se puede contar a esta altura –del nuevo siglo, de los usos y costumbres, del diccionario– como realmente tan mala. Carajo, por ejemplo, será una de las más usadas. Quino es un hombre encantador, que camina con pasos cortísimos, casi deslizándose sobre el piso, un Chaplin de la vejez.
Comentarios
Ya somos dos.
Tres.
La única iglesia que ilumina es la que arde
Cuatro.
Cuenta que su abuelo lo llamaba cuando era chico. “Niño, ven pa’acá”, le decía. “¿Tú sabes lo que es una misa?” El niño Joaquín decía respondía que no, y el abuelo le explicaba: “Una congregación de ignorantes adorándole el culo a un tunante”.
Gracias Quino por esa niña con ese humor tan retranqueiro.
¿Por qué no se menea la fuente original?
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-8112-2012-08-04.html
Cinco!
Como cualquiera con dos dedos de frente.
Como debe ser.
Seis!!
Cualquier cosa que diga este señor ha de ser escuchada, y cada cosa que dibuje ya ni os digo...
Mi vida ya no será igual después de conocer esto...
No esperaba menos de él...
Eso no significa que sea ateo. Sea lo que sea, sus viñetas demuestran que estamos hablando de una persona cabal.