Por culpa de su pinta de marciana cabezona y de su trastorno dismórfico corporal, Shirley pasó una infancia y una adolescencia dantescas, como una especie de Carrie sin superpoderes: en el colegio se reían de ella y le pegaban por ser demasiado pálida, delgada y feucha y, luego, ella llegaba a casa y se autolesionaba: odiaba el cuerpo que Dios le había dado.
Comentarios
"Me encanta mi guitarra naranja porque es del mismo color que mi coño."
En dicho momento, deje de leer.
#1 Si eso lo dice casi al final!!!!!
#1 al conejo le gusta la zanahoria
La de chorradas que se pueden decir...
Aunque a muchos hombres no os gusten lo que dice. Al menos es una mujer muy sincera.