Se trataba de dar con el rastro de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, los dos hombres desaparecidos. La alcantarilla tiene unos dos metros de profundidad. En el hoyo había mucha suciedad, palos, bolsas de cal viva y sosa cáustica. Se trataría de productos corrosivos con los que los sospechosos pretenderían hacer desaparecer los cadáveres descuartizados. Por su presunta relación con el doble crimen están en prisión provisional un septuagenario, entonces el encargado (no el propietario) de la firma Porkytrans en Librilla, y su sobrino.
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