Normalmente suelen ser los clientes los que se quejan de los taxistas. Pero nunca lo hemos planteado desde el punto de vista del currante, pues suelta anécdotas como esta: - Érase una vez un parapléjico que se subió en la parte de delante de un taxi y el cinto empezó a pitar. Pasó tanto rato que el taxista tuvo que decirle que se lo pusiera. Al taxista le pareció que había personas en este mundo que no aprenderían nunca...
"Pues bien, cuando a mi no me gusta una página porno de (si eres sensible vete al siguiente párrafo desde ya) gente cagándose en la boca, entonces no entraré más y buscaré un contenido adecuado a mi criterio. No voy a decirle a los creadores "Eh, sois unos guarros depravados, cambiad el contenido de la página".
Lo digo porque no es la primera vez que ya me encuentro comentarios desagradables. Y no, no es una paradoja, porque Taxi Driver está hecha a mala intención a propósito. Sin embargo, esos comentarios son de los que ... están ahí y estorban."
(Sacado de http://el-taxista.blogspot.com/2008/09/como-las-lentejas.html).
Vamos, que no es el típico sentido de humor blanco. (No a todo el mundo puede gustarle, pero no deja de ser un sentido del humor). No todos tenemos por qué comprender las cosas por igual, ¿no?
Te lo explico yo: es un peseto que es un hijoputa. Como todos los pesetos.
Al loro con la anécdota:
"En la heladería de la playa, una voluminosa y brillante (y no por su inteligencia) muchacha se pide unas bolas en tarrina. Paga y se aleja unos metros, caminando.
Hinca la cucharilla de plástico y sus ojos se desorbitan descomunalmente. De la comisura de los labios empieza a chorrear baba, mientras se relame.
Se acerca lentamente su primera cucharada de crema anticalor a la boca.... y se le cae al suelo antes de llegar. Se queda mirando. Mira como si hubiera cometido el error de su vida. Se lamenta y sigue cavando en la tarrina.
Mientras, yo me regocijo en mi cubículo metálico."
A mí me encanta el humor, sea del color que sea. Me encanta la ironía, el sarcasmo, el cinismo, los chistes de todo tipo, incluidos los de las niñas de Alcasser o los de Ortega Lara. No me estoy quejando del "chiste" de la entradilla, que por cierto me ha costado un poquito coger -parapléjico y cinturón de seguridad-, es que después de leer varias entradas del blog simplemente no lo encuentro divertido.
Comentarios
Hay que saber de qué va el rollo:
"Pues bien, cuando a mi no me gusta una página porno de (si eres sensible vete al siguiente párrafo desde ya) gente cagándose en la boca, entonces no entraré más y buscaré un contenido adecuado a mi criterio. No voy a decirle a los creadores "Eh, sois unos guarros depravados, cambiad el contenido de la página".
Lo digo porque no es la primera vez que ya me encuentro comentarios desagradables. Y no, no es una paradoja, porque Taxi Driver está hecha a mala intención a propósito. Sin embargo, esos comentarios son de los que ... están ahí y estorban."
(Sacado de http://el-taxista.blogspot.com/2008/09/como-las-lentejas.html).
Vamos, que no es el típico sentido de humor blanco. (No a todo el mundo puede gustarle, pero no deja de ser un sentido del humor). No todos tenemos por qué comprender las cosas por igual, ¿no?
Él mismo lo dice en su blog, es una mirada cínica y visceral; A mí me ha gustado.
Alguien que me explique que mierda es esto?
La gente que menea esto lo debe hacer en automático, sin mirar.
Edito:
A ver si algún administrador puede modificar el titular y quitar lo de (Humor), o al menos encerrarlo entre interrogantes.
Te lo explico yo: es un peseto que es un hijoputa. Como todos los pesetos.
Al loro con la anécdota:
"En la heladería de la playa, una voluminosa y brillante (y no por su inteligencia) muchacha se pide unas bolas en tarrina. Paga y se aleja unos metros, caminando.
Hinca la cucharilla de plástico y sus ojos se desorbitan descomunalmente. De la comisura de los labios empieza a chorrear baba, mientras se relame.
Se acerca lentamente su primera cucharada de crema anticalor a la boca.... y se le cae al suelo antes de llegar. Se queda mirando. Mira como si hubiera cometido el error de su vida. Se lamenta y sigue cavando en la tarrina.
Mientras, yo me regocijo en mi cubículo metálico."
No me gustan los taxistas.
A mí me encanta el humor, sea del color que sea. Me encanta la ironía, el sarcasmo, el cinismo, los chistes de todo tipo, incluidos los de las niñas de Alcasser o los de Ortega Lara. No me estoy quejando del "chiste" de la entradilla, que por cierto me ha costado un poquito coger -parapléjico y cinturón de seguridad-, es que después de leer varias entradas del blog simplemente no lo encuentro divertido.