[c&p] "La época en que más viene gente es febrero, para comprar útiles o conseguir lo que falta del colegio", cuentan las mujeres, que se encargan de espulgar el pelo de los clientes y rechazarlo si les llega 'premiados' con piojos. Si pasan la prueba del insecto, lo cortan y lo mandan al taller, donde se teje en máquina de coser. Mientras ellas hablan, Édgar Ayala asiente en silencio. Tiene una bolsa blanca con mechones gruesos aún amarrados con cauchos o trenzas. Son cabellos de sus clientes que él recoge en silencio para ir a venderlos ...
|
etiquetas: vender , pelo , negocio , pelucas