Y no se percibe igual porque ya no es sólo que el Storm Worm mute con nuevas versiones, sino que se ha convertido en un complejo sistema multi-modular que se sirve de cientos de servidores comprometidos o no, una capacidad de mutación endiablada, y una modularidad que permite que sus funcionalidades cambien continua y radicalmente. Por tanto Storm Worm no se podría clasificar como un troyano sino como un complejo sistema perfectamente orquestado, cambiante y eficaz. Muy al estilo malware 2.0.
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