El equipo incubó las células inmunitarias en presencia de la beta-amiloide. Los investigadores agregaron una forma activa de la vitamina D3 o del ácido graso omega-3 DHA a algunas de las células para medir el efecto que eso tenía en la inflamación y en la absorción de beta-amiloide. Esas dos formas activas específicas mejoraron la capacidad de los macrófagos de las personas con enfermedad de Alzheimer para engullir la beta-amiloide, inhibiendo la muerte celular que es inducida por esta proteína. | Traducción en
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