Publicado hace 11 años por tucan74 a misterioeducacionyciencia.blogspot.com.es

Los otrora estudiantes se acolchonan bajo el seno familiar, cuya sombra les cobija hasta el invierno. Mas, cuando hayan caído las hojas, como los pétalos de una margarita –“me llaman, no me llaman, me quieren, no me quieren”–, nos encontraremos en las mismas: miles de emigrantes. Mientras, los ingenieros de la Economía patria seguirán estimulando el crecimiento sobre la deuda: valor añadido, ya saben.

Comentarios

JoseMartinCR

Cuando la mediocridad es lo normal, por definición estadística, hay siempre unos "vivos" que tratan en erigirse por encima de la media. Cuando, además, entre esos espabilados dominan las bajas pasiones y están dispuestos a vender a su madre por aparentar más que el resto, el resultado puede ser letal si se salen con la suya. Suele ser así en demasiados casos: el típico charlatán que, como ayer, en la Sexta Noche, en mitad del "debate" (por llamarlo de alguna forma) se mete en nuestros televisores para hablarnos de las poses falsas de relevantes líderes políticos. Según él, porque su lenguaje no verbal les delataba. No cayó en la cuenta de que él mismo no era creíble.
Así nos va, rodeados de expertos asesores en inflar el valor de las cosas, mientras los que valen, los honrados, siguen como hormiguitas, currando, esperando seguir haciéndolo y aportando su granito de arena. Todo sea que llegue uno de estos listos y convierta el granito de arena en una montaña de vitaminas.

tucan74

Ustedes consigan crear una necesidad, consigan un tiempo de falso bienestar en el consumidor, y, para sostenerlo en el tiempo, aumenten la repetición de compra (por al menos dos vías: aumentando la obsolescencia, y aumentando la rotación del producto)” . Cuando hablamos de burbuja inmobiliaria, tecnológica o de lo que sea nos estamos refiriendo precisamente a ese razonamiento, que es falso, pero de una falsedad rayana a veces en la criminalidad. el ejemplo más claro lo encontramos en la crisis que estamos viviendo. "El precio de los pisos nunca baja", decían.

D

Me ha gustado mucho el articulo, primero por la prosa, ya la gente no se para a escribir con prosa, no se sera porque alguien me dijo un día que no había tenido que vivir este siglo, muy buen estilo para hablar de algo tan "banal" como conseguir crear la necesidad de comprar, que es lo que subyace al final. Si hubiera mucha gente que escribiera así de problemas tan serios quizás estaríamos mas relajados, o quizás lo único que quieras es convertir en sarcasmo la realidad sacando una sonrisa, aun no lo he acabado de digerir, en fin bravo como siempre

JoseMartinCR

#4 Hablando de prosa, vaya un pequeño fragmento de "El nuevo traje del emperador" (H. C. Andersen):

Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero; miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.

-¿Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, señalando y explicando el precioso dibujo que no existía.

«Yo no soy tonto -pensó el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Sería muy fastidioso. Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.

-¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.


Y una cita de "La nueva mente del emperador" (R. Penrose), acerca de la A.I.:

«Parece ser una creencia muy extendida la de que “cualquier cosa es un computador digital”. Mi intención (...) es tratar de demostrar por qué, y quizá cómo, esto no tiene que ser así necesariamente»

Bonus: "Joaquín el necio" -

D

#5 Pones una canción buena de Pla y la pones cantado por Estopa

JoseMartinCR

#6 Casi todas las canciones de Albert Pla son buenas

D

Ja! Cómo si la economía fuera una ciencia exacta, controlable y manipulable por los dioses de la patria, que ya hay que ser necio, seas quien seas, para creerte dios y sentirte patriótico.

Peor para esa gran élite, cuanto más ficticio y menos solidario sea su mundo, más grande será la caída.