Un municipio de Holanda elimina toda la señalización, semáforos y aceras incluidos, a condición de no superar los 30 kilómetros por hora. Hace más de diez años, después de reorganizar las calles y las aceras, antes de volver a poner las señales de tráfico, el ayuntamiento se dio cuenta de que no habían tenido ningún problema viviendo sin ellas. De hecho, el número de incidentes había disminuido,
No os quedéis solo con que no hay señales; en realidad, tiene enjundia el prescindir de tanta normativa:
se tiende a cambiar la percepción habitual de la reclamación de lo que uno considera su derecho de paso por convertirse en un actor amenazado por otro usuario que eventualmente coincida en el mismo punto
Estamos perdiendo reflejos de responsabilidad social. Cuantas más reglas se nos imponen, más se debilita nuestro sentido de responsabilidad individual
Los suscribo. Como dice uno sobre que todo todo todo esté reglamentado: lo triste es que haya que hacer reglamentos. Parece una frase afortunada, pero tiene, eso creo, un significado mucho más profundo.
#3 Gran frase... y la vuelvo a citar, llamadme pesado
«Estamos perdiendo reflejos de responsabilidad social. Cuantas más reglas se nos imponen, más se debilita nuestro sentido de responsabilidad individual»
En mi barrio las veces que no han funcionado los semáforos por obras o tras una lluvia intensa los trayectos siempre me han parecido más rápidos y seguros, se notaba la precaución en el ambiente. Y ningún semáforo te hacía quedarte parado sin razón (ningún peatón cruzando ni ningún otro coche con prioridad).
Únicamente entiendo justificables los semáforos cuando hay vías cuyo tráfico constante impediría el cruce o incorporación de otros vehículos, pero ese tipo de vías se pueden contar con los dedos de las manos en cualquier ciudad.
Creo que se ha abusado muy mucho de los semáforos y han generado el efecto contrario que se buscaba.
Un profesor mío decía con mucha razón que las normas se hacen para los indeseables, porque el que actúa de manera correcta, no necesita unos mínimos establecidos que aseguren la convivencia.
Otro elemento importante a tener en cuenta es el concepto de autoridad.
Una normativa del tipo "el que va por la derecha tiene preferencia" no está planteada de forma autoritaria en cuanto a cómo debes actuar. Te indica que debes dejar circular a otros, no cómo debes circular tu.
Por contra un semáforo en verde no te indica únicamente que tengas prioridad sino que te indica que debes circular, te insta a seguir adelante.
Parecen matices pero sus efectos son muy distintos.
El ejemplo mas claro es el de los peatones. Aunque un peatón no tenga derecho a cruzar la vía en un punto concreto la actitud de los vehículos es muy distinta si no hay señalización alguna a que si hay un semáforo que nos insta a continuar, en este último caso la actitud del conductor se vuelve más agresiva y beligerante con el peatón que está incumpliendo las normas.
Y eso es así porque tenemos a una autoridad, en este caso el semáforo, que nos está dando instrucciones de lo que debemos hacer. En contraposición a tener unos criterios de prioridad sobre los que decidir, que serían los de la primera norma. Cuando tenemos criterios aplicamos razonamiento y lo adaptamos a las circunstancias, cuando nos indican qué hacer lo hacemos sin sentirnos responsables de nuestros actos, trasladamos la responsabilidad a quien nos está dando las instrucciones. Incluso si un dispositivo automático sin capacidad de raciocinio alguno.
Para ver el nivel de actitudes extremas y peligrosas que puede llevar a comportar el concepto de autoridad tal como lo aplicamos os recomiendo este documental:
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No os quedéis solo con que no hay señales; en realidad, tiene enjundia el prescindir de tanta normativa:
se tiende a cambiar la percepción habitual de la reclamación de lo que uno considera su derecho de paso por convertirse en un actor amenazado por otro usuario que eventualmente coincida en el mismo punto
Estamos perdiendo reflejos de responsabilidad social. Cuantas más reglas se nos imponen, más se debilita nuestro sentido de responsabilidad individual
Los suscribo. Como dice uno sobre que todo todo todo esté reglamentado: lo triste es que haya que hacer reglamentos. Parece una frase afortunada, pero tiene, eso creo, un significado mucho más profundo.
#3 Gran frase... y la vuelvo a citar, llamadme pesado
«Estamos perdiendo reflejos de responsabilidad social. Cuantas más reglas se nos imponen, más se debilita nuestro sentido de responsabilidad individual»
#4 Pesao.
En mi barrio las veces que no han funcionado los semáforos por obras o tras una lluvia intensa los trayectos siempre me han parecido más rápidos y seguros, se notaba la precaución en el ambiente. Y ningún semáforo te hacía quedarte parado sin razón (ningún peatón cruzando ni ningún otro coche con prioridad).
Únicamente entiendo justificables los semáforos cuando hay vías cuyo tráfico constante impediría el cruce o incorporación de otros vehículos, pero ese tipo de vías se pueden contar con los dedos de las manos en cualquier ciudad.
Creo que se ha abusado muy mucho de los semáforos y han generado el efecto contrario que se buscaba.
Un profesor mío decía con mucha razón que las normas se hacen para los indeseables, porque el que actúa de manera correcta, no necesita unos mínimos establecidos que aseguren la convivencia.
Otro elemento importante a tener en cuenta es el concepto de autoridad.
Una normativa del tipo "el que va por la derecha tiene preferencia" no está planteada de forma autoritaria en cuanto a cómo debes actuar. Te indica que debes dejar circular a otros, no cómo debes circular tu.
Por contra un semáforo en verde no te indica únicamente que tengas prioridad sino que te indica que debes circular, te insta a seguir adelante.
Parecen matices pero sus efectos son muy distintos.
El ejemplo mas claro es el de los peatones. Aunque un peatón no tenga derecho a cruzar la vía en un punto concreto la actitud de los vehículos es muy distinta si no hay señalización alguna a que si hay un semáforo que nos insta a continuar, en este último caso la actitud del conductor se vuelve más agresiva y beligerante con el peatón que está incumpliendo las normas.
Y eso es así porque tenemos a una autoridad, en este caso el semáforo, que nos está dando instrucciones de lo que debemos hacer. En contraposición a tener unos criterios de prioridad sobre los que decidir, que serían los de la primera norma. Cuando tenemos criterios aplicamos razonamiento y lo adaptamos a las circunstancias, cuando nos indican qué hacer lo hacemos sin sentirnos responsables de nuestros actos, trasladamos la responsabilidad a quien nos está dando las instrucciones. Incluso si un dispositivo automático sin capacidad de raciocinio alguno.
Para ver el nivel de actitudes extremas y peligrosas que puede llevar a comportar el concepto de autoridad tal como lo aplicamos os recomiendo este documental:
Porque en Holanda hay educación, por eso funciona.
En mi barrio es mejor: tampoco se necesitan señales porque nadie les hace caso