El problema no es que los hijos no se apañen en hacer trámites de adultos, sino que los padres sean tan blandos como para hacérselos ellos.
Claro, que sus nenes no pasen un mal rato y se agobien.
Cuando yo iba al instituto (en la Edad del Bronce o por ahí) no veías un padre haciendo la matrícula de los chavales. Era un agobio para adolescentes de 14 años, pero entre unos y otros nos íbamos contando cómo hacerlo y al final lo conseguías. Cuando llegamos a la universidad, ya no tenías la presión de no saber rellenar un formulario o hacer la matrícula. En fin, historias de "en el pasado nosotros éramos más duros" etc. etc., pero es que así era.
Claro, que sus nenes no pasen un mal rato y se agobien.
Cuando yo iba al instituto (en la Edad del Bronce o por ahí) no veías un padre haciendo la matrícula de los chavales. Era un agobio para adolescentes de 14 años, pero entre unos y otros nos íbamos contando cómo hacerlo y al final lo conseguías. Cuando llegamos a la universidad, ya no tenías la presión de no saber rellenar un formulario o hacer la matrícula. En fin, historias de "en el pasado nosotros éramos más duros" etc. etc., pero es que así era.