Llegó el mes de junio, el buen tiempo, el calor en los valles y fue como si alguien regalase premios allí arriba, en las montañas: gente por doquier recorriendo senderos a pie, en bici, a la carrera, todos buscando aire puro y fresco en las alturas. Pero este verano ha sido diferente, peor: entre el 21 de junio y el 23 de julio, 83 personas han fallecido en los Alpes italianos y cinco siguen desaparecidas. Una exageración, un 20 % más de lo habitual según el CNSAS (Cuerpo Nacional de Rescate Alpino y Espeleológico), que se muestra superado ante