#23 El problema de fondo no es que sean extranjeros. El problema es que se acoge a más gente de la que se puede realmente integrar. Si tú tienes recursos sociales, mediadores, vivienda, apoyo psicológico y programas de empleo para 100 personas, pero llegan 200, pues ya tenemos un lío, porque no generas convivencia, generas desarraigo.
Y cuando la gente está sola, sin red, sin ingresos y sin alternativas legales, la delincuencia de oportunidad sube. No por “ser chusma”, sino porque el escenario material es el que es. Esto es una cuestión de condiciones sociales, no de nacionalidad.
Es decir, que es una cuestión de condiciones materiales.
Pero el sistema actúa de manera muy absurda:
Detiene -> Multa que no se puede pagar -> suelta -> reincidencia
Y así en bucle.
No hay programas de formación, no hay seguimiento, no hay mediadores, no hay inserción laboral. Solo parches. Y cuando una persona reincide 5, 10, 20 veces, es que el sistema no está funcionando, no que esa persona sea “irrecuperable”.
Pero cuando es detenido por primera vez, debería estar en un programa obligatorio de inserción y empleo, nada de voluntario. Luego, hacerle un seguimiento real, no papeles. Y si después reincide sin tener arraigo, se le expulsa.
Porque expulsar a alguien que no ha recibido ni una alternativa tampoco arregla nada. Al día siguiente tienes a otra persona en la misma situación.
Así que sí, la falta de integración es el problema real, no la inmigración.
Y ahí está el problema: integrar requiere inversión real. Pero llevamos años recortando en servicios sociales y políticas públicas, mientras se financian otras prioridades. Luego nos sorprende que haya desarraigo y se dispare la delincuencia de oportunidad. Si no se invierte en integración, el problema se cronifica. Y eso es justo lo que está pasando.
Y cuando la gente está sola, sin red, sin ingresos y sin alternativas legales, la delincuencia de oportunidad sube. No por “ser chusma”, sino porque el escenario material es el que es. Esto es una cuestión de condiciones sociales, no de nacionalidad.
Es decir, que es una cuestión de condiciones materiales.
Pero el sistema actúa de manera muy absurda:
Detiene -> Multa que no se puede pagar -> suelta -> reincidencia
Y así en bucle.
No hay programas de formación, no hay seguimiento, no hay mediadores, no hay inserción laboral. Solo parches. Y cuando una persona reincide 5, 10, 20 veces, es que el sistema no está funcionando, no que esa persona sea “irrecuperable”.
Pero cuando es detenido por primera vez, debería estar en un programa obligatorio de inserción y empleo, nada de voluntario. Luego, hacerle un seguimiento real, no papeles. Y si después reincide sin tener arraigo, se le expulsa.
Porque expulsar a alguien que no ha recibido ni una alternativa tampoco arregla nada. Al día siguiente tienes a otra persona en la misma situación.
Así que sí, la falta de integración es el problema real, no la inmigración.
Y ahí está el problema: integrar requiere inversión real. Pero llevamos años recortando en servicios sociales y políticas públicas, mientras se financian otras prioridades. Luego nos sorprende que haya desarraigo y se dispare la delincuencia de oportunidad. Si no se invierte en integración, el problema se cronifica. Y eso es justo lo que está pasando.