Qué hipocresía más descarada: mientras su partido tiene a media cúpula entre rejas por corrupción, él gasta tiempo y recursos en perseguir críticas. Prioridades del régimen: antes censurar que limpiar su propia casa. Si de verdad le molestan los ataques a su imagen, que empiece por exigir responsabilidades a los suyos por saquear lo público. Pero no, es más fácil jugar la carta de víctima que enfrentar la podredumbre que dirige. Vergüenza de presidente.
Ellos son impunes ante la ley.